Maniobra de un buque sin gobierno. A la deriva

Maniobra de un buque sin gobierno. A la deriva

En el momento de quedarse el buque sin gobierno a causa de una avería de máquina o un fallo en el sistema de gobierno, será arrastrado por el efecto del viento o de la corriente a una determinada velocidad que dependerá de la fuerza del viento y del calado del barco. También influirá la obra muerta que si es grande actuará de vela aumentando la deriva.

En cuanto a la dirección que tomará la proa después de un equilibrio de las fuerzas exteriores que influyen sobre el casco, dependerá especialmente de la situación de la superestructura y del francobordo. En barcos con puente a popa, al quedar a la deriva y una vez en equilibrio, recibirán el viento de 40º a 60º abierto de la proa. Por el contrario, si un barco tiene el puente muy a proa, una vez parado recibirá el viento aproximadamente a un largo o por la aleta.

También influirá en la dirección que tome la proa el asiento que tenga el barco, pues si no está en aguas iguales, el centro de resistencia lateral se desplazará hacia el extremo de mayor calado y, por consiguiente, al encontrar mayor resistencia dentro del agua, se quedará retrasada con respecto al otro extremo de menor calado que se verá desplazado y tomando la dirección opuesta a la del viento.

Según estudios realizados con simuladores de maniobra por BSRA, de Londres, con un petrolero de 270.000 DW y considerando dos calados diferentes, uno de 15,24 m. y el otro de 9,14, se pudo observar que para un viento de 40 nudos, la velocidad de deriva con calado de 15,24 m. es de 0,8 nudos, mientras que con la misma fuerza del viento y calado de 9,14 m. su deriva es de 3,5 nudos. También los rumbos de superficie han sido muy dispares en ambos casos.

(para más información ver el TRATADO DE MANIOBRA Y TECNOLOGÍA NAVAL, 3ª edic. 2009, del Capt. J.B.Costa).

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